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 FELICIDAD, HORMONAS Y PANDEMIA.

 Dr. Arturo Vinuesa Sáenz. Colegiado nº 3105725   Médico de Familia (objetor de conciencia)

Son fechas de desearnos FELICIDAD; Feliz año nuevo!!! Feliz noche de reyes!!! Feliz Navidad!!! son expresiones que habrás escuchado cientos de veces estas semanas…pero, ¿qué significa realmente la felicidad…? Y lo que es más importante, ¿Cómo podemos construirla día a día en tiempos tan complicados…? Te invito a leer estas reflexiones:

En Neurociencia, la felicidad depende del delicado equilibrio entre 3 hormonas, que son como el oro, el incienso y la mirra de los reyes magos: son la dopamina, la serotonina y la oxitocina. Las 3 son importantes y si falta alguna, nuestra plenitud será incompleta. Cada una de ellas se activa e inhibe por unas determinadas situaciones y conviene saberlo.

  • LA DOPAMINA es la hormona del PLACER. Sus niveles son adecuados compartiendo una comida rica, durmiendo bien, con el sexo y los placeres de la vida. Todo lo que es color, sonido y movimiento la activa, (a veces en exceso) y se desnivela con el estrés, las drogas, las pantallas y los videojuegos. Su exceso crea agresividad, adicciones y enfermedades psicóticas. Por ello, la mayoría de Neurolépticos (fármacos contra de esquizofrenia y psicosis bipolares) actúan regulando el exceso de dopamina.
  • LA SEROTONINA es la hormona de la AUTOESTIMA. Se activa consiguiendo logros, con el deporte, el sueño y los viajes, también con el sol y la naturaleza. Se inhibe con el estrés, las malas noticias y las harinas y azúcares refinados. Si los niveles bajan en exceso podemos llegar a tener una depresión. Por eso, muchos antidepresivos actúan aumentando los niveles de serotonina.
  • LA OXITOCINA es la hormona de los VÍNCULOS. Se activa con las caricias y los abrazos, con la empatía y la meditación. También haciendo el amor, en el embarazo y en la lactancia. Se inhibe con la soledad y la falta de contacto. Como fármaco se usa en obstetricia para estimular las contracciones del parto, pero en psiquiatría no hay indicaciones claras, aunque se está estudiando su uso en el autismo y la fobia social.

En el otro lado de la balanza se encuentra el CORTISOL, hormona del MIEDO y el ESTRÉS. Esta sustancia nos ayuda puntualmente en situaciones de peligro vital, donde nuestra supervivencia está en juego. Pero se si segrega en exceso y durante tiempo prolongado, se come nuestras reservas de hormonas felices y produce estragos en el sistema inmune, hipertensión, problemas emocionales, fatiga y envejecimiento prematuro.

Creo que, en esta pandemia, se nos ha trastornado seriamente los niveles de las 3 hormonas de la felicidad y se ha generado demasiado cortisol. Las secuelas emocionales y psiquiátricas a medio y larga plazo las estamos empezando a ver ahora. Los protocolos incoherentes, las noticias desoladoras, la privación de naturaleza, deporte y viajes, el excesivo miedo inoculado, la imposición del pasaporte, el exceso de pantallas y el desmedido interés en polarizarnos y enfrentarnos, han bajado terriblemente nuestra serotonina y oxitocina y han elevado la dopamina y el cortisol a niveles insospechados. Los hospitales y las UVIs no sé, pero nuestros cerebros y nuestras emociones, sí están a punto de colapsar. Te pongo algunos ejemplos de la consulta:

  • Xabi tiene 12 años y era la estrella de su equipo de fútbol. En la liga de alevines de Bilbao era el pitxitxi hasta que impusieron el pasaporte covid. Ahora el chaval, que no se quiere vacunar, está triste y se siente apartado de sus amigos y de su pasión. En estas fechas le gusta ir con su hermana de 7 años a la cabalgata de reyes, pero este año tampoco podrán, porque su ayuntamiento ha decidido (por “salud”) dejar de hacerlo al aire libre y ponerlo en un recinto cerrado, pagando, con mascarilla y pasaporte. El único consuelo de Xabi es jugar on-line con sus amigos y se pasa horas y horas. Su madre acude a la consulta preocupada por la agresividad y contestaciones que su hijo tiene últimamente…
  • Ana tiene 27 años y es profesora…la dirección del colegio la amenaza con cesarla de empleo y sueldo si sigue con su “actitud desafiante”. Es asmática y a las tardes, después de horas de clase de música y canto, se ha bajado alguna vez la mascarilla para explicar la posición de la lengua y la boca para una correcta dicción. Algún alumno malintencionado le ha denunciado y se ha montado el lio. Ha cogido una baja por ansiedad y depresión, después de aguantar la presión desde septiembre…
  • Gabriela y Ander se han separado por sus desavenencias respecto a la pandemia y la vacuna. Ander es hipocondriaco y adicto a los telediarios, es decir, oficialista total y Gabriela es más de telegram y otras informaciones. En otoño, con la quinta ola, ya solo tenían en común a Lucía, su hija de 8 años y se divorciaron de mutuo acuerdo. En diciembre Ander cogió cita en el centro de vacunación para su hija, sin decir nada a la madre, pero resulta que Osakidetza envió un SMS de recordatorio a Gabriela, y montó en cólera por planear la vacunación de su hija a traición. Pues ahora, y para liarla más, Ander a demandado a su mujer y el sí o no a la vacuna de Lucía la tendrá que decidir un juez.
  • Gabino salía cada día de vinos con la cuadrilla. Aunque le he dicho muchas veces que no es una buena costumbre meterse 5 vinos antes de comer, no me había hecho caso nunca hasta ahora, donde no le ha quedado otro remedio. Como sus amigos, se puso las 2 primeras dosis de la vacuna, y aunque lo pasó regular por una arritmia, seguía compartiendo las mañanas y los vinos. Cuando llegó el momento de la tercera dosis más la vacuna de la gripe, decidió esperar y sus colegas empezaron con las bromitas; que si negacionista, que si antivacunas, que no si no te vacunas no vienes, etc…

Uno de la cuadrilla tuvo un infarto 6 días después del doble pinchazo y otro un ictus a los 10. Gabino decidió no vacunarse y sacó un día el tema la posible relación de la vacuna y el infarto y el ictus. Sus compañeros le trataron de conspiranoico y le insultaron y desde entonces ni le apetece ir con ellos. Su hígado está mejor desde ese día, pero su salud emocional y social está seriamente afectada.

Podría contar 100 historias más, pero no quiero aburrirte…

Ahora viene la segunda parte, es hora de las soluciones…¿qué podemos hacer para mejorar nuestras niveles de felicidad? ¿qué dieta, qué acciones y qué actitudes la mejorarán…? Veamos las posibilidades: serán el oro, el incienso y la mirra de nuestra felicidad:

  • LA DIETA: La reducción en la ingesta de comida y programas basura y de noticias y telediarios mejorará sensiblemente nuestra felicidad. Así mismo una dieta de pantallas y videojuegos también ayudará en los niños. Las telecompras, los pasteles y el café te darán un chute de placer a corto plazo y poca alegría después. Los lácteos, huevos, la soja y las nueces te ayudarán con la serotonina y las harinas procesadas la fastidiarán. El cacao, perejil, el tomillo y el eneldo te subirán la oxitocina y el contacto virtual con tus seres queridos te la reducirán.
  • ACCIONES: El deporte, la naturaleza, el sol, andar descalzo y bailar son beneficiosos para nuestra alegría. Si el deporte es en grupo y no competitivo…mejor, si el paseo por el monte o la playa es con mi mascota o en familia…genial, si puedo bailar en pareja o en grupo… espectacular. Si tengo sexo también me ayudará, pero si hago el amor será mucho mejor. Por más que triunfe cada noche en Tinder, si no soy capaz de generar vínculos de amor hacia la otra persona, el caramelo de la felicidad solo se quedará en el envoltorio del placer.
  • ACTUTIDES: Las actitudes son grandes aliadas para nuestro estado de ánimo. Si cambiamos la queja y crítica por la gratitud, si dejamos la comparación y la competición por la compasión, si dejamos de querer tener razón y cambiamos la medicación por la meditación, habremos recorrido la mitad del camino. La otra mitad consistiría en juntarnos, ayudarnos y colaborar en la reconstrucción de un mundo, que ha sido puesto patas arriba por el miedo y la falta de libertad, que gobiernos y autoridades, supuestamente sanitarias, quieren imponer.

Dos curiosidades más al respecto de la felicidad, que la neurociencia ha descubierto hace pocos meses. La primera es que la ruta neuronal del miedo es la misma que la de la confianza y la compasión, es decir, que no cabe sentir las 2 cosas a la vez. Si el miedo recorre tu cerebro, no hay espacio para los sentimientos positivos.

La segunda tiene que ver con estudios analíticos y con RMNF (resonancia magnética nuclear funcional), técnica que nos dice qué áreas cerebrales se activan cuando se somete a los pacientes a un estímulo. Pues bien, las estructuras cerebrales que se activan y los niveles de oxitocina caen muchísimo, cuando decimos “te quiero” a un ser querido con la mascarilla puesta, o cuando lo hacemos a través de una pantalla por videollamada. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

Espero que este artículo te dé un poquito de luz en estos inciertos momentos planetarios. Decía Einstein que el mundo el peligroso de vivir, no por los que hacen el daño, sino por los que miran y no hacen nada. Ojalá no seas ni de los primeros, ni de los segundos y que los terceros podamos construir un nuevo respeto mundial, lleno de las 3 hormonas de la felicidad. Este es mi deseo que lanzo a Melchor, Gaspar y Baltasar. Que seamos FELICES con Salud y Libertad!!!! Feliz noche de reyes!!!!