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VIVIR SIN SENTIDOS VIVIR SIN SENTIDO Dr. Arturo Vinuesa Sáenz

 VIVIR SIN SENTIDOS, VIVIR SIN SENTIDO Dr. Arturo Vinuesa Sáenz Médico de familia (especie en vías de extinción)

Nuestros cinco sentidos son los que nos conectan con la realidad. Esta realidad estará cada día más distorsionada y controlada si se tapa, interfiere o anula nuestro gusto, olfato, tacto, oído y vista. Parece haber un interés creciente en este “mundo moderno y digital” por entorpecer la realidad que se capta a través de los órganos de la percepción.
La conexión con la naturaleza y con los elementos, hoy en día parece un privilegio al que acceden pocas personas, a pesar de ser casi siempre gratuito. El contacto de un ser humano con otro y con el ambiente, es continuamente interferido por pantallas, ruidos, propagandas y sobreestimulación.
Como si de un plan maquiavélico se tratara, se empezó con el gusto y el olfato, llenando nuestras narices de “buenos olores” químicos y nuestras bocas de saborizantes, aromatizantes y productos hiperprocesados. Da igual ir al cancerfour que al cancerdona, en los supermercados es difícil encontrar comida no plastificada, ni llena de pesticidas y conservantes tóxicos para nuestra salud. Desde pequeños nos hemos acostumbrado al exceso de sal y de azúcar en los alimentos y ahora hasta rechazamos el sabor de lo natural, menos estimulante para nuestras papilas gustativas.
Luego siguieron con la vista, llenando nuestras vidas de pantallas para que veamos lo que interesa ver; publicidad, series, política, telediarios y distracciones varias. Mis abuelos tenían una tele en el salón y nos juntábamos a verla toda la familia, mis padres tenían otra tele en la cocina y ya había división de gustos, ahora hay una tele en cada cuarto y verla es un acto individualista y sin interacción familiar. Además tenemos una tele en cada bolsillo; nuestro smartphone, donde podemos desconectarnos en cualquier momento y ver nuestra serie favorita de N.E.T.F.L.I.X (Normalización de Escenas Tóxicas, Falsas, Lamentables Intimas X ).
Que, en cada serie, se meta una cuñita publicitaria con violencia gratuita, palabrotas, genero fluido, salud o futuro distópicoco de la humanidad, no ayuda a nuestros adolescentes (principales consumidores) a ser mejores personas. Más bien generaliza y disculpa conductas ausentes de valores y crecimiento personal.
No contentos con todas las pantallas que interfieren nuestra vista cada día, ahora nos quieren encajar las gafas de realidad virtual, para que el contacto visual con lo real se anule por completo.
Después está el oído. ¿Quién puede separar hoy a un adolescente de sus cascos inalámbricos…? ¿Quién puede separarnos a nosotros de nuestra música favorita y de nuestros postcats…? No muy lejos en el tiempo, nuestras gafas de realidad virtual irán conectadas y nuestros audífonos de escucha virtual y nuestra desconexión total será lo único real…
Nos queda el tacto y la piel, que cada vez está más alergizada y condicionada por todos los tóxicos ambientales, los plásticos con los que vestimos, las fumigaciones y los venenos legales que ingerimos si somos del club del hacendado.
Además estudios recientes demuestran que se puede conseguir sensaciones táctiles virtuales, que llaman " tacto fantasma” (hormigueos, pinchazos, reacciones térmicos y hasta electricidad estática) con las gafas virtuales y el metauniverso. Ya no digamos cuando Elon Musk nos ofrezca sensores neuronales de tacto y exoesqueletos de sensibilidad virtual. Parece ciencia ficción, pero lo verás antes de que desaparezca de dinero...y queda poco...
Este hackeo sensitivo y desconexión de lo natural, nos ha avocado a una falta de humanidad y una poca inteligencia, muy artificial. Esto nos lleva a una pérdida del sentido de la Vida. Las cifras de suicidios en niños y adolescentes se han multiplicado por 10 en los últimos años. En la "nueva normalidad" es habitual la ansiedad infantil, las enfermedades mentales juveniles, el autismo, el TDHA y los trastornos emocionales de todo tipo, que antes apenas veía en mi consulta pediátrica. A los niños se les da todo menos lo más importante; un sentido para vivir, un ejemplo a seguir y unos valores que fomentar.
Y lo peor de todo, es que el único sentido que nos quedaba, que era el sentido común, también está siendo acosado y acusado por los de siempre. De él depende nuestra intuición, el discernimiento, la capacidad empática y la consciencia.Después de habernos encerrado en casa, taparnos la boca, dejarnos sin despedir a nuestros seres queridos y obligarnos a pincharnos bajo todo tipo de amenazas, nuestro sentido común se ha rebajado a la minima expresión.
Resulta que ahora sanidad reconoce que 7 millones y medio de españoles vacunados se contagiaron de coronavirus y, que por tanto, el pasaporte covid era una patraña. Resulta tambien que 31.000 de esos vacunados fallecieron a pesar de estar "correctamente inmunizados”, lo cual significa que las vacunas no servían para nada. Resulta que nuestros políticos se eximen de toda responsabilidad diciendo que ni era obligatoria, ni se presionó a nadie y todos seguimos votándolos como borregos. Resulta que la O.M.S. admite más de 5 millones de reacciones adversas, miles de ellas mortales y/o invalidantes, pero ninguna revista científica se hace eco de ello ni lo investiga…
Por supuesto que nuestras pantallas dirigen nuestra atención a la dimisión de Sánchez, a las elecciones catalanas o a las guerras del momento, sin atender a este otro silencioso genocidio...
¿Qué le está pasando a nuestro sentido común…?, ¿A quién beneficia tanta ignorancia y tanta indiferencia …? Ni lo sé…ni me importa, es el lema de la mayoría, pero si la minoría nos contagiamos e ese letargo, esta humanidad y nuestra humanidad estará perdida…
No dejes invadir tu vida de sentidos impuestos y artificiales y sigue apostando por dar sentido a tu Vida!!!!
Fdo: Dr. Arturo Vinuesa Sáenz
Colegiado n° 5725 en Navarra
P.D. en los comentarios del artículo, seguramente te estará mi amigo Javier. Hacedle caso, él también tiene razón...